Quizás hayas escuchado hablar de los OKR o lo hayas visto en redes sociales y te preguntes ¿qué son? ¿cuál es la diferencia que tiene con los KPI?
Los OKR son las siglas de “Objective Key Results” – Objetivos y Resultados Clave – y nació en Estados Unidos en 1980 en Intel. Luego fueron aplicados en Google, donde los utilizan hasta el día de hoy.
OBJETIVOS (O)
Un objetivo es lo que quieres hacer. Se encuentra asociado al propósito de la organización y establece una fecha límite para lograrlo. En palabras cortas, son las principales prioridades que tu equipo debe lograr en un plazo de tiempo definido, usualmente separado en trimestres.
Son flexibles, ya que el seguimiento es constante, debiendo volver a ellos para informarte y verificar tus acciones, y se convertirán en puntos de reunión para tu equipo.
RESULTADOS CLAVE (KR)
Saber cómo progresar hacia tus Objetivos es… clave. Los objetivos deben combinarse con una hoja de ruta que te ayudará a saber si estás o no en el camino para alcanzar tus metas.
Esa es probablemente la forma más sencilla de pensar en los resultados clave: son los puntos de referencia que te ayudan a rastrear el progreso hacia el objetivo definido. Por lo general, hay 3-5 de ellos por objetivo.
Ejemplo:
O Convertirse en la aplicación de banca móvil gratuita n.º 1 para países en desarrollo. KR1 Mejorar las inscripciones semanales en un 15 % para julio. KR2 Lanzar una campaña de marketing en todos los idiomas antes de agosto. KR3 Establecer al menos un punto de acceso en cajeros automáticos en todos los países para
septiembre.
Los OKR se conectan con el propósito de la empresa, y son establecidos en equipo. Son una metodología dictada “Botton-up”, lo que genera que cada uno de los integrantes pueda conectarse verdaderamente con el por qué de el objetivo y asociarlo a la cadena de valor.
¿Qué los diferencia de los KPI?
La mayoría de las organizaciones están familiarizadas con los KPI o indicadores clave de rendimiento. Los KPI pueden ser excelentes para la medición, pero son métricas independientes: pueden decirte cuándo una medida es buena o mala, pero no necesariamente comunican el contexto o en qué dirección debes ir con tu equipo.
Los OKR, brindan la dirección y el contexto que tanto se necesitan. Nos gusta llamarlos “KPIs con alma”. El objetivo describe lo que quieres lograr y los resultados clave describen cómo sabes que estás progresando. Dado que los KPI son medibles, pueden generar excelentes resultados clave. En otras palabras, en lugar de hablar de OKR versus KPI, preferimos pensar en ellos como complementarios, pero si es importante dar el paso necesario para pasar de medir únicamente KPI, a situarlos dentro del contexto de los OKR. Por ello hablamos de KPI a OKR.
¿Quieres saber más? ¡Contáctanos!